Miradas


Las mías: a tus senos; las tuyas, alumbrando a la vida.

Miradas encendidas en la oscuridad, las que miran, por ejemplo, cuando te levanto para poseerte y... tus ojos están... vivos, al igual que tus pezones... iridiscentes... indecentes dirían algunas voces moralinas.

Miramos un tanto incrédulos nuestras engarzadas y movidas entrepiernas. Y olemos el sexo que expelemos por cada poro de nuestros cuerpos sudados.

Miro tus gemidos y escuchas mis sentidos en estos necesarios encuentros vitales.

Irradias existencia en toda dirección posible.

Con tus piernas trazas círculos y ondas hondas. Espirales que suspiran en la permanencia.

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