Dulce y armónica monocromía

–un soneto cada cierto tiempo–

Observo tu sonrisa en blanco y negro
en este mar de vívidos colores
tus tonos me resultan seductores
audaces con la música que integro.

Es tiempo que este hermano-padre-suegro
reúna –literal– varios autores
conjunte melodías y cantores
y empiece ya el concierto en tiempo 'allegro'.

Lo dulce a que me induce tu mirada
degusto en el ‘andantedel pautado
reitero la firmeza de mi espada

–batuta que desde este acantilado–
requiere y solicita –bella amada–
'finale' con tus labios pigmentado.

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Debo disculparme?

Ojiva –planeación y resistencia

Hilos