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Mostrando entradas de marzo, 2019

Fraile

N ᴀ ʀʀ ᴀ тɪv ᴀ Vɪʀʀ ᴇ ɪɴ ᴀ ʟ Todo parece indicar que don Nuño de Güemes no tuvo mejor alternativa que la de ingresar a un convento, y optó por el de la orden de los dominicos; no lo hizo precisamente por vocación religiosa, sino por conveniencia personal. Pertenecía a una de las familias más pudientes de la Nueva España; y el hecho de convertirse en clérigo no le impedía el poder conservar muchos de los privilegios civiles adquiridos, por decirlo de algún modo. En el desigual sistema de castas, de características casi tribales, el formar parte del reducido grupo de criollos (esto es: hijos de españoles nacidos en el llamado Nuevo Mundo), sin duda acarreaba buenos dividendos en todo sentido, aunque para efectos específicos, sobre todo en el aspecto político, como se verá más adelante, se diferenciaba del 'peninsular' o 'chapetón', que era el nacido en Europa. La misma discriminación, si es que así se le puede considerar, sufrió Nuño por ser hijo 'segund

Taínos –Caridad Cobriza Virginal–

N ᴀ ʀʀ ᴀ тɪv ᴀ Pʀ ᴇ нɪs ᴘ ᴬ ɴɪc ᴀ En la legendaria isla Maizales los rojos siboneyes tenían ocupada la sierra de la maestranza, mientras que los cobres taínos mantenían el control costero. Estos últimos, en cuanto se cumplía un período equivalente a cien lunas, y siempre que los prestidigitadores y videntes climáticos así lo autorizaran, destinaban a un grupo de cazadores de las aguas para que se tirara al mar con el fin de obtener el fresco y nutritivo alimento que conformaba su reconocida dieta proteínica. Partían al amanecer en sus embarcaciones diversas, desde las balsas armadas y tejidas con carrizos y ratán hasta las de ceibas vaciadas, talladas y armadas en hilera. Los manjares más apreciados eran preparados por las mujeres del pueblo con el producto de los magníficos ejemplares atrapados por el grupo de pescadores. Songo Huama, uno de los taínos más eficientes en esas labores, tenía como hermana a una de las más hermosas princesas de la isla, Niyur Kaidere, conoc

Hardcore –sexo explícito–

Primero aparecieron los pies de ella, bien torneados y cuidados. En las uñas delineadas podía verse un filito blanco en la orilla. El tobillo claro, con su presencia firme, parecía conversar con el entorno. Después de varias pisadas de aparente liviandad sobre el tapete, se detuvieron antes de llegar a unas colchas relucientes y colgantes. Estaban enfundados en unas sandalias con finas correas y un enorme tacón incoloro que presentaba cierta transparencia. Cuando hizo presencia el par correspondiente masculino, éste sí, descalzo y proveniente de la parte alta de la cama, se percibía fuerza y prestancia así como entrega y disposición. Las extremidades de los dos participantes apuntaban hacia direcciones opuestas... encontradas. Hubo un momento en que los muslos de la mujer, en su parte trasera, chocaban con la correspondiente de las pantorrillas. Entonces, sus dedos inferiores flexionados, ya fuera de las zapatillas, soportaban estoicos todo el peso corporal. Había un

Caleidoscopio –ampliación–

"La misma noche que hace blanquear los mismos árboles, nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos". Pablo Neruda El frío de la madrugada combina con el brillo de tu espalda. Eres la metáfora y la anécdota, el horizonte pleno en comunión con la Luna. Me representas la vida en medio del caos.  Beso los dedos de tus pies o al menos lo pretendo... Vuelta a la imagen... Los cristales se reacomodan y ahora eres tú la que recorre mi cuerpo con esa boca ávida y sensual. Los poros se me erizan y se confunden con las nubes en lontananza. La alborada tiende a su fin. Desprendo minerales  duraznos transparentes así los personajes pretenden y entretejen arácnidas siluetas o redes clandestinas en tiempo y movimiento colores estivales. Soy vino en cuadros rojos con néctares inciertos volúmenes de aspecto delirante tendido en nubes eclipsadas confín y primavera joviales epidermis mudas. Murallas básicas requiero cúpulas y lint

Sangría ritual femenina en Yaxchilán

N ᴀ ʀʀ ᴀ тɪv ᴀ Pʀ ᴇ нɪs ᴘ ᴬ ɴɪc ᴀ La luna ya había dado muchas muestras de inestabilidad, a los ojos de profetas y prestidigitadores, cuando decidieron anunciar la presencia inminente de ciertos embates climáticos. YaxumHeen, quien era el principal consejero del monarca Itzamnaaj Balam, fue quien sugirió la ceremonia. Parece ser que la soberana K’abalXook también conocida como la Señora Puño—Pez, guardaba ciertas relaciones de índole culinario con Yaxum, quien era además el principal sacerdote del lugar. Era curiosa esta interacción entre dos miembros de la más alta cúpula política y eclesiástica, sobre todo si se considera la presencia de un ejército de damas, por supuesto que de más baja jerarquía, abocadas a las labores propias de todo lo vinculado con la alimentación de los soberanos. Y es que, por un lado, K’abalXook manejaba el concepto del placer de la degustación con una sensibilidad única, y por el otro, el sacerdote y consejero YaxumHeen había dedicado toda su

Aparición fugaz

En la última convención científica internacional se apareció el creador y abordó a la asombrada concurrencia. –¿Por qué han 'acomodado' todo para negar mi existencia? –preguntó en un ambiente, ahora más que nunca, escéptico. Después de unos instantes continuó. –¿Por qué el ocultar las evidencias? Un doctor en teología se atrevió a responder. –Es que no eres a nuestra imagen y semejanza, como rezan todas las religiones... –Las iglesias, querrás decir –interrumpió dios, quien había hecho su última aparición terrenal alrededor de dos mil seiscientos años atrás. En esa ocasión, en forma de nebulosa. –Habría una desestabilización mundial, es decir, en la Unión Americana. Obviamente, lo anterior lo externó el profesor Hans Spruthrfield, originario de Croacia y recientemente nacionalizado norteamericano. De entre el 'presidium', una de las grandes personalidades dijo. –Las teorías de la evolución van a venirse abajo, la dialéctica, el método induct

La muchacha del legendario oeste

El vaquero llegó al pequeño poblado con la única obligación de salvar a la muchacha.  Tuvo la precaución de darse un baño, previo al inminente enfrentamiento con su destino. Como en el servicio se incluyó la limpieza profunda de sus partes (y esto sólo puede lograrse con un firme restregado), fue necesaria la contratación de una de las chicas coristas de la cantina anexa. Alessandra, que era como se hacía nombrar, resultó ser una excelente colaboradora en las labores de lavado e higiene; tanto así, que el forastero estuvo a punto de establecer con ella una especie de romance fugaz que, de alguna u otra forma, habría enturbiado el correcto desempeño de su encargo posterior, en su papel de fiel y presto caballero. Sin embargo, debido a su prolongada abstinencia sexual, se mentalizó para no sucumbir a las esencias, encajes y terciopelos de la bella Alessandra, y le hizo el amor, aunque de una manera tierna y sutil, pero retornando su pensamiento, enseguida del final inmediato, a

Tiempo arena

En sus manos sostenía un bolígrafo barato; decía que con ese tipo de instrumentos se lograba una mejor escritura; por lo menos más clara, ya que las plumas o lapiceras de “marca” casi siempre manchaban al chorrearse. Aunque era experto en las modernas actividades cibernéticas, prefería plasmar sus ideas en papel, debido a la pérdida de archivos digitales que sufría con cierta frecuencia, ya fuera por intromisión de algún virus o por los cierres reales de redes virtuales, entre otras causas. Sin embargo, en esta ocasión parecía no estar dispuesto a utilizar dicho objeto con el fin de establecer permanencia literaria. Lo mantenía en sus dedos y jugaba con él de manera firme y delicada, hasta cierto punto con elegancia. A veces sus ojos se posaban en los malabares en ejecución; pero su mirada no se encontraba allí. Parecía que entre las pestañas se ubicaba un par de diminutos astros en aparente reposo, pero con enorme vitalidad.  En el siguiente plano de percepción se encontr