Sangría ritual femenina en Yaxchilán

Nʀʀтɪvнɪsɴɪc

La luna ya había dado muchas muestras de inestabilidad, a los ojos de profetas y prestidigitadores, cuando decidieron anunciar la presencia inminente de ciertos embates climáticos.
YaxumHeen, quien era el principal consejero del monarca Itzamnaaj Balam, fue quien sugirió la ceremonia.
Parece ser que la soberana K’abalXook también conocida como la Señora Puño—Pez, guardaba ciertas relaciones de índole culinario con Yaxum, quien era además el principal sacerdote del lugar.
Era curiosa esta interacción entre dos miembros de la más alta cúpula política y eclesiástica, sobre todo si se considera la presencia de un ejército de damas, por supuesto que de más baja jerarquía, abocadas a las labores propias de todo lo vinculado con la alimentación de los soberanos.
Y es que, por un lado, K’abalXook manejaba el concepto del placer de la degustación con una sensibilidad única, y por el otro, el sacerdote y consejero YaxumHeen había dedicado toda su vida a mezclar las formas posibles de la Chocoatl, desde las bebidas tradicionales hasta las formaciones sólidas elaboradas con semillas de amaranto, figurillas partícipes indispensables en todo acto ritual.

Cinco damas colaboraron en la investidura señorial del mandatario Itzamnaaj, mientras que la soberana K’abalXook sólo recibió los servicios de YaxumHeen.
Sacerdotes menores prepararon los instrumentos propios de la ceremonia, como son el plato receptor de las tiras próximas a impregnarse de la sangre, así como la cuerda entrelazada con filosas puntas de maguey.
El líder eclesiástico preparó para esta ocasión un brebaje anestésico que le brindó a la Señora Puño Pez minutos previos al inicio del acto ceremonial.

Después de los coros sacerdotales y una vez recibida la instrucción del Señor Itzamnaaj Balam, la Soberana inició el ritual al hacerse pasar la cuerda punzante por un orificio en la lengua, al tiempo que las tiras porosas se iban impregnando del color púrpura característico e iban depositándose en el recipiente destinado para el acontecimiento.
Yaxum vertió un líquido espeso al mismo plato y lo ofreció al monarca, quien con una larga antorcha procedió a encenderlo. El sacerdote entonces posó el incensario en el piso e indicó el reinicio de los cantos rituales.

Las melodías mezcladas con el humo provocaban un cúmulo de visiones al borde del alucinamiento.
Los tocados de ambos soberanos parecían cobrar vida y se entremezclaban con la complejidad textil del resto del vestuario de los monarcas.
La sangría ritual había llegado a su máximo esplendor y grado de profundidad cuando se escucharon los primeros truenos que presagiaban el inicio de la lluvia.
Los profetas y prestidigitadores estaban satisfechos.


Este relato se encuentra en el libro Relatos y Reliquias, publicado en 2010

https://www.amazon.com.mx/Relatos-Reliquias-Spanish-Ignacio-Gonzalez/dp/8493793558



Comentarios

  1. Todo un texto antiguo escrito en nuestro siglo. Leí y por lo tanto conozco acerca de los rituales ceremoniales de la humana grey y eso hace que valore tu trabajo. Muy bueno. Gracias.

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  2. Excelente, magia y precision para dejar flotando en nuestra atmosfera interior este ritual poderoso y cruento.

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