Hilos


La escritura me conduce hacia ti; no precisamente porque seas mi musa (que lo eres), sino por esa extraña relación que hay entre la tinta y tu sudor: ahora ambos virtuales.
Cuando decidiste tomar distancia no me percaté de lo ocurrido ese septiembre en París.
Ahora, a la distancia (a la otra: a la del tiempo) percibo el desconocimiento del origen de los hechos.
Yo regresé a nuestra natal Málaga y tú te quedaste en la Ciudad Luz.
(Bien sabes que, aunque oriundo de Santiago de Compostela, desde pequeño me llevaron al Mediterráneo).
No sé entonces si quien se distanció fue este soñador empedernido porque, aún no entiendo cómo tomamos las decisiones ni si éstas fueron las adecuadas.
Lo que sí tengo claro es que de ahí se dio el inicio de lo nuestro.
(Muchos otros comienzan en el encuentro. Nosotros, en la lejanía).

Lo que en mí mantiene esta ilusión son tus sueños compartidos.
Ah, y los hilos de la red de complicidades con los que hemos construido lo que solamente tú y yo sabemos.

Hoy ha cumplido la pluma.
Ya regreso. 



Comentarios

  1. Nostalgia de lo que no fue. Creo que es la que más duele, porque nos habla de lo feliz que hubiésemos sido si... Muy bello y de gran factura: palabras justas, tempo perfecto. Gracias.

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