Oficina –emulación del abrazo ausente–
Paso por la actual recepción de besos y llego al lugar justo del abrazo. Nadie me espera y Nadie espera con singular paciencia. Quisiera cultivar las lenguas muertas mas de repente Nadie me lo impide. Atravieso él área secretarial –siempre hay una– y aquí –de nuevo– Nadie se presenta. En medio de la aparente desolación y como Nadie me lo recomienda decido pues reconstruir los hechos. Al final a Nadie abrazo-distante y reparo en medio del tiempo éste que debo seguir la ruta del alma: lo que pretendió ser decepción –pienso– logró transformarse en esperanza. ⓘ ™ Abril/29/2020