Ignacio González Tejeda

Al fondo del sonido reitero el inicio del cantar ligera marea en el vaivén  redondo la primera primavera aguarda la furia del océano en el estero carbón ardido que desea y truena vino seductor al vuelo. Luz que se cuela en líneas y baña el arrecife del camino. Por unos instantes tan solo tan solo me sentí contigo. Uno en ti la brisa y el amanecer respirar uvas el andar  dunas en la playa brillante tu sonrisa es insisto el retorno al amor. ⓘ ™

De amores censurados y brújulas inciertas presiones insurrectas perturban milenarias antiguas emociones afloran necesarias confunden los colores y abriendo cierran puertas. Al centro fusionado nos llegan ya despiertas las huertas re sembradas semillas y plegarias humores de diciembre: diseños cantos arias revientan melodías, canículas desiertas. Partículas del cosmos: mis musas mis verdades atómicas miradas sus féminas esencias invierten referencias, exhiben sus edades son huellas admirables del arte y de las ciencias no son ni las mejores ni venus ni piedades en cambio me alimentan al darme sus presencias. ⓘ ™

Los muertos los lamentos generan luces sombras hay grandes hay pequeñas en ciertos campamentos alegres compañías que brindan protecciones resultan de ficciones más bien melancolías te entiendo mujer nueva si a veces me desdeñas los astros se refugian al fondo de la cueva seré tu rey de bastos y tú la dama de oros juguemos a la vida cual loros tigres perros mi piel abre sus poros –es débil exponente– precisa viejos yerros –los grises requeridos– buscando en nuestra mente de sueño y fantasía la puerta o la ventana al cielo o al infierno al fin será mi vuelo y el tuyo si me quieres yo quiero y te requiero en esta magia viva de serias libertades y bellas armonías. ⓘ ™

Todos los días observaba por unos instantes el enorme anuncio y, siempre, durante ese corto tiempo, hacía la misma reflexión: "Allí están tres números relacionados con mi persona". En primera posición se ubicaba el 67; eran las dos últimas cifras del año de su nacimiento. Enseguida el 39. Como él vio la luz un 8 de febrero, este numeral representaba ese mismo día contado a partir del 1 de enero. En tercer lugar, el que él consideraba su número de la suerte, el 15, el cual, por cierto, tampoco surgió de manera fortuita, no; éste representaba el lugar que con mayor frecuencia había sido designado en los listados escolares; a veces fue 14 y otras, 16 ó 17, pero el quince lo recordaba más debido a haber sido el que mayormente ocupó. Como siempre, al cabo de unos minutos, su cabeza ya estaba en otra cosa, debido a sus preocupaciones habituales y a las necesidades que obligaba el tráfico vehicular. Es por eso que un día después de "las turbulencias", lo extrañó

Se acercan horizontes y un par de corazones en nuevas pertenencias de joyas y diamantes nosotros –los cercanos– del viento delirantes tenemos agua y tierra: refugio en malecones. Ideas de marinos que arrullan farallones respuestas de las rocas: precisas, fulgurantes no hay duda son poetas los rudos navegantes oleajes de por medio formulan ilusiones. Solías contestarme, Mujer de fantasía cortabas con el láser pasiones y maquetas entonces me buscabas y a ciegas te seguía. Retornos medievales a almenas y rosetas con oro y ornamentos: mojemos la sequía arquera, mi amazona, ensueño de poetas. ⓘ ™

Tras breves ilusiones se presentan  en foros ancestrales (detrás de bambalinas) agraciadas noticias para amantes inquietos de embrujos seductores en la escena  y un brindis del ocaso que invitan los histriones al viento decidido en la montaña. Vinieron de la noche las palabras parecidas a niños ansiosos y rebeldes con vista reversible cual suéter colorido con épocas preciadas en años engarzados y risas en el llanto de seres invencibles de alientos en cascadas detenidas. Las uvas destiladas se entienden con las viandas y el sol de entre las nubes dibuja una caricia. Se parecen a infantes graciosos y queridos actores de la vida después de la añoranza con fecha y calendario cumplido en las campiñas  ausentes de la historia rescoldos aguerridos risueños en el llanto de las glorias. Neruda mencionó la palabra sin ecos los caracoles blancos y la abeja silenciosa. Se trata pues también de ya no entristecer atardeceres. ⓘ ™

–un soneto cada cierto tiempo– Un beso en la mañana muy temprano tu frente ha recibido desde enero los años recorremos cual madero con fuerza –necesario campirano– Y cuando necesites de mi mano posar tu rostro en ella te sugiero los dos recordaremos los te quiero los viejos y los nuevos –soy anciano– La vida este diciembre representa un triunfo de asidero en el camino hoy sé con muchos años en mi cuenta que sirve el paladear un rico vino en esta conocida rueda lenta par loco por llegar a buen destino. ⓘ ™

Imagen: biga antigua usada por un guerrero. Cual suave turbulencia en la llanura mi mente se desliza en tu cabello y sigue imaginando por el cuello la esencia contenida en la cintura. Hay brisa que transporta en la espesura a Ondina con presencia de destello (es ninfa de este tiempo puro y bello con vuelo –golondrinas de mixtura–). Igual camina delicioso el brillo al ver la extravagancia de la amiga (desata la tormenta en amarillo) repara el devenir de la fatiga de seres que, saltando como el grillo, remontan las hazañas en la biga. ⓘ ™

–un soneto cada cierto tiempo– En medio del fantástico aguacero encuentro el viejo aroma que seduce son muchos los motivos que ella luce y fuertes las caricias del sendero. Muy pocas ocasiones soy certero sonámbulo romance en este cruce escribe Federico en nuestro acuse gitano-es-cante-jondo-compañero. Saberte nos conmueve –bella musa– construyes espirales de destino bailables en moderna escaramuza las aves nos aportan dulce vino con cromos de la luna y de tu blusa con Lorca en la palabra del camino. ⓘ ™

Hubo una época de mi vida en la que fui árbol; recuerdo todavía ese aroma fresco y bucólico En otro tiempo, cuando era pez, tuve toda esa libertad de movimiento. Por cierto, fui también agua y piedra: fluidez y estatismo. Ahora... sigo siendo un poco de todo e incluso más. ⓘ ™

Vivía en el cuarto piso de un condominio de nivel medio.       Desde el último temblor –que por fortuna ocurrió cuando se encontraba en el trayecto al trabajo– había ido madurando un plan de rescate individual; no precisamente para salvar su vida, sino para no sufrir el terror que siempre ha sentido por los movimientos telúricos.       Era muy precavido y siempre había conseguido empleos en labores que se desarrollaran en un solo piso y a nivel de calle. Hasta hace unos meses trabajó para una cadena de expendios de hamburguesas.       Cuando lo quisieron ascender a la gerencia de una nueva tienda, no aceptó, debido a que ésta se encontraba en el segundo nivel de un enorme y moderno centro comercial.       El problema no era tanto la ubicación del establecimiento, ya que éste brindaba servicio hacia la vida de la gran plaza interior, sino la de la oficina del gerente, pues dicho despacho estaba sumamente escondido, en la parte posterior de la cocina, y no le permitió encontrar una so

El objetivo mecánico de las estructuras en arquitectura es tratar de salvar cada vez claros más grandes con secciones cada vez más pequeñas. - - - - - - - El objetivo arquitectónico espacial de las estructuras es definitivamente otro y dependerá de las inquietudes del creador (ya sea una persona o un grupo interdisciplinario). - - - - - - - Ahora bien: cuando se trate de que la estructura se manifieste como forma imprescindible dentro del espacio que conforman los componentes arquitectónicos, será imprescindible (valga la expresión) tener un amplio conocimiento acerca del comportamiento mecánico y constructivo de los sistemas estructurales partícipes. - - - - - - - El "criterio estructural" no consiste en la primitiva definición de ejes ortogonales delimitados para colocar columnas en cada cruce; lo cual sería una red geométrica pero NO estructural. - - - - - - - La composición estructural va mucho más allá de una red o trama: siempre en compañía de la es

Ando en busca de ti –mi compañía– el ser de al lado –necesario par– te busco siempre por cualquier lugar y no te afianzo bien –cual pretendía–. No es preciso que debas ser buen guía tampoco con quien siempre vaya al mar tal vez sí con quien pueda comentar lo triste y lo feliz de cada día. Por un mendrugo de pan salgo a la calle por una mujer inicié mi asentamiento por mis hijos trabajo hasta el detalle. Mas algo falta en mí –tu sentimiento– que pueda acariciarte por el talle y cómplices hagamos buen recuento. ⓘ ™