Ignacio González Tejeda

Volver a sentir Violeta  después de seis mil gobiernos  es ver cómo los infiernos  se apoderan del planeta.  Pregunto ¿cuál es la meta  en estos modernos años?  Nos llevan como rebaños  a comer de la pastura  y nos quitan la cultura  con la tele y con engaños. Desenredando enredando... Mis años en diecisiete quisieron parafrasearte pues yo no olvido tu arte (en décimas o en carrete). Violeta, tu sonsonete los "nuevos" ya lo enterraron igual que golpes gastaron a todos los progresistas es triste ver las revistas de los que te traicionaron. Desenredando enredando... ⓘ™ (Texto escrito en 2013)

Salto a contracorriente sin poder observar el entorno. El caudal es fortísimo, por lo que debo emplear el máximo potencial de mis recursos. Muchas creencias ancestrales afirman que, en esos puntos, hay unos monstruos enormes que pretenden atrapar a nuestra especie. Ésa es la respuesta que se ha dado a ciertas desapariciones misteriosas que suceden en estos trayectos. Se les atribuyen a esos seres una serie de poderes que obedecen a sus propias necesidades alimenticias. Osan  comernos, rezan las tradiciones orales, no nada más por la satisfacción hambruna, sino, sobre todo, por una competencia que persiste entre ellos en cuanto a cazar un determinado número de presas. Parece que eso les otorga cierta jerarquía en su clan. Pero, insisto, son solamente interpretaciones que justifican tal vez la decisión de mejor ir a desovar a otros parajes, distintos a donde se vio la luz por vez primera, siempre en la inmersión del agua.  Por lo pronto, sigo río arriba. Y es cierto: cada ve

Soy una especie que no quiere estar en peligro de extinción: un robot rojo con sangre negra. Para mantener la energía me alimentan con aire reciclado obtenido con medios ordinarios. Comúnmente no hablo pero, cuando soy programado, me expreso en un lenguaje emergente. Me estoy alistando para reemplazar un ente vivo; no sé si al que ahora represento o a otro. No soy un signo; tampoco, un archivo cibernético; soy más allá de la representación de una carpeta en el (antiguo) ordenador. Pretendo ser bipedestre siempre, aunque he insistido que el equilibrio perfecto se obtiene con el tercer apoyo. ⓘ ™

Hoy comencé las clases de historia virtual. El monitor que se dirigió a mi persona tenía un tono magnético. Más adelante trataré de explicar esta expresión. Ingresamos a una caverna y estaban borrados, según nos dijo, todos los dibujos que representaban maltrato animal. La verdad, no entendí nada. Sólo se percibían manchas y líneas en un avanzado estado de decoloración. De allí nos dirigimos al interior de un volcán en erupción. Entonces me enteré que esta sala todavía estaba vigente porque la Real Academia Virtual de Historia (RAVHI) estaba analizando su posible cierre o, tal vez, disminuir efectos al retirarle el fenómeno de realidad aumentada. La SOPPI (Sociedad Protectora de las Piedras) ya lleva mucho terreno ganado en la demostración de que la incandescencia del magma en realidad ha deteriorado la libre erosión de sus agremiados inertes. En este, nuestro primer día, también acudimos a un antiguo estudio de grabación. Este lugar se veía desolado. Como la seducción dej

Mándala pétreo que muestra uno de los saltos más representativos del desarrollo del habitar humano. Principio del modelo espacial que perseguirá la arquitectura por los siglos de los siglos. El eterno trayecto del enorme y grávido monolito de piedra que, otrora en el suelo, sube con lentitud y prestancia para convertirse en dintel, detona otro recorrido vital: el de la música que va, en un instante, del cerebro a la yema de los dedos para golpetear con suavidad el teclado del piano. La primera estructura semi auto portante se posa con elegancia sobre los antiguos menhires de igual forma que las manos acarician la superficie del instrumento musical. Artífices del espacio y del sonido, respectivamente. He aquí la presencia de la ternura, tosca y pesada por un lado y suave y delicada, por el otro. Al filo del tiempo se gestan las ilusiones. Todo lo que puede demorar en montarse la piedra y construirse el dintel (horas, días o semanas) son nada en comparaci

¡Entre admiraciones! E ¿interrogantes? Me quedo con las primeras. Te quiero en negritas , más gordita y marcada; aunque, aquí entre nos (y entre paréntesis) tu presencia cursiva o itálica es de una inclinación impactante, como predispuesta ya a recibir mi mayúsculo sentimiento. Sé, por último, que entre el punto y la coma, hay una distancia "infinita" (sí, así, entre comillas), que puede reducirse a una minúscula raya – o a unos puntos suspensivos… ⓘ™

ɴ ᴀʀʀᴀ тɪ ᴠᴀ  vɪʀт ᴜᴀʟ "(...) el cuerpo inclinado hacia adelante, en busca de una cueva. Nunca supo que en ese breve instante, fue partícipe silenciosa de un gran evento". Myriam B. Mahiques Me desplazo por senderos conocidos. Dado que poseo una vista aguda, tiendo a observar los sitios por donde he de andar o retozar. La animalidad abreva. El líquido, de tan real, se desborda, aunque son pocos los entes que perciben la abundancia, a pesar de la sequía. O tal vez debido a ella. Acerco el hocico, casi transformado en boca, y sorbo y succiono con la ayuda pulmonar. En ocasiones me valgo de la lengua. Las extremidades delanteras podrían convertirse en superiores, pero por el momento, parecen elementos inútiles en la evolución de la especie. Tan solo las flexiono para alcanzar de manera más eficaz el preciado líquido. Los abrevaderos abundan por doquier. Sólo que, parece, no toda la fauna tiene la capacidad de develarlos. Y es que, de alguna manera, tienen

Hoy, 9 de julio de 2020, declaro la dificultad de subsistencia de las obras musicales y literarias de extensión. Me refiero a sinfonías y/u obras de más de 10 minutos, escritos mayores de 3 cuartillas. Estamos ya en la era del recorte. Tal vez debemos repensar mucho de lo referente a la creación. Creo que los nuevos audiovisuales deberán tener una duración de unos tres minutos. Este formato será la pauta que rija la nueva producción. ⓘ ™

Desde que el alfil volvió a ser elefante y recuperó sus pesados movimientos, la torre almenada tuvo que ceder su lugar a los abigarrados y neoconceptuales rascacielos móviles. Por razones de índole contextual, los caballos no podían participar de semejante experiencia lúdica. Los tableros virtuales tampoco permitieron la presencia de reyezuelos carentes de poder. Los otrora endebles peones se transformaron en robustos obreros sindicalizados, así que la sobreviviente nobleza medieval se vio en la necesidad de abandonar todas las partidas. Eso sí, la audacia femenina ha prevalecido a través de las bellas reinas oriundas de la social democracia. ⓘ ™