Ajedrez posmoderno



Desde que el alfil volvió a ser elefante y recuperó sus pesados movimientos, la torre almenada tuvo que ceder su lugar a los abigarrados y neoconceptuales rascacielos móviles.

Por razones de índole contextual, los caballos no podían participar de semejante experiencia lúdica.
Los tableros virtuales tampoco permitieron la presencia de reyezuelos carentes de poder.

Los otrora endebles peones se transformaron en robustos obreros sindicalizados, así que la sobreviviente nobleza medieval se vio en la necesidad de abandonar todas las partidas.

Eso sí, la audacia femenina ha prevalecido a través de las bellas reinas oriundas de la social democracia.

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