Stonehenge


Mándala pétreo que muestra uno de los saltos más representativos del desarrollo del habitar humano.
Principio del modelo espacial que perseguirá la arquitectura por los siglos de los siglos.

El eterno trayecto del enorme y grávido monolito de piedra que, otrora en el suelo, sube con lentitud y prestancia para convertirse en dintel, detona otro recorrido vital: el de la música que va, en un instante, del cerebro a la yema de los dedos para golpetear con suavidad el teclado del piano.

La primera estructura semi auto portante se posa con elegancia sobre los antiguos menhires de igual forma que las manos acarician la superficie del instrumento musical.
Artífices del espacio y del sonido, respectivamente. He aquí la presencia de la ternura, tosca y pesada por un lado y suave y delicada, por el otro.

Al filo del tiempo se gestan las ilusiones.

Todo lo que puede demorar en montarse la piedra y construirse el dintel (horas, días o semanas) son nada en comparación con los cambios sustanciales que la humanidad ha realizado a lo largo de su existir.

Haber subido pues... el elemento adintelado es una fracción insignificante del tiempo de la vida humana, equivale a las centésimas de segundo diferenciales entre el mandato del intelecto y la ejecución de las puntas de las extremidades corpóreas que transforman las ondas simples en líneas sonoras.

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