Sentidos científicos


El análisis minucioso comenzará en tus senos porque en su geometría se envuelve el néctar de la vida.
Éste redistribuye la savia humana al través de mi paladar.
¡Ay del sabor de tus pezones!
¡Ay del goce de mis ojos!
¡Ay del roce de yemas y manos!
Encuentro en el encuentro anatómico enormes caudales de luz y sensacionales sensaciones.
También escucho, no nada más nuestros jadeos, sino el reacomodo de tu cuerpo después de intervenciones táctiles.
Por último, el aroma todo que surge del momento envuelve con delicia el ambiente.
Parece que, su majestad, la vista ha decidido compartir el placer sensorial y la compañía lo aplaude, lo degusta y... lo siente.

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