Anillo


Probablemente uno de los objetos suntuarios utilizados por los humanos primigenios haya sido el anillo.
El gusto por el análisis de las dicotomías, cuyo límite o extremo podría ser el maniqueísmo, debe de tener orígenes ancestrales.
La cosa utilitaria acompañó a los cazadores y recolectores durante los inicios de la especie; pero, ¿y qué decir de los ritos o invocaciones (ya en la etapa de la presencia y el cuidado de excedentes)?
Y es que, todo parece indicar que la creencia en seres superiores, produjo veneraciones y ceremonias con la participación de elementos en apariencia no utilitarios (por no ser herramientas claras para la supervivencia).
Entonces, la ornamentación y los aditamentos requeridos para cubrir los cuerpos, más allá de la protección ambiental, se pueden considerar como cosa suntuaria; aunque el ropaje corporal en sí, al principio, fue una necesidad creada que permitió, de paso, la incursión humana en ambientes inhóspitos.

Antes, pues, de someter la piel a agresivas incisiones o el cuello a colguijes desequilibrantes, bien pudo haber sido el aro dedal el aditamento ornamental por excelencia.

Buraj Uhlai  había aprendido el oficio de tallar la madera con piedras afiladas y livianas, de tal manera que podía determinar cuanta forma caprichosa le viniera en gana.
La figura que más le llamaba la atención era el círculo, principalmente por la relación directa con la observación estelar.

Había destinado varias lunas (en el sentido estricto y también en el gráfico del término) a la confección de una especie de ruedita con un cierto volumen.
Un golpe accidental produjo una oquedad en la parte central de la pieza vegetal.
Después de una rabieta que le duró otras varias jornadas y, cuando estaba a punto de desistir y considerar a dicho elemento como cosa ya inservible, tuvo la ocurrencia de expandir el agujerito.
De nuevo transcurrió un largo tiempo antes de que pretendiera introducir un dedo en el huequito que estaba agrandando. Realmente, cuando lo hizo por vez primera, fue con el claro objetivo de coadyuvar en el tallado interno del aro.

Una vez 'aceptado' y colocado el adorno en uno de sus espigados dedos, procedió a exhibirlo en el clan.
Es por demás el establecer que, para que ese acto hubiere sucedido, debieron transcurrir tantos ciclos lunares como repliegues se encuentran en sus nudillos.
Los eventos de trascendencia sublime llevan su proceso de maduración.

El arraigo a la tierra no es cosa casual. El sedentarismo sólo pudo darse cuando hubo necesidad de permanencia en un lugar determinado.
Y esos sitios fueron establecidos por uno de los descubrimientos capitales: la agricultura.
Es muy probable que el proceso cíclico de las cosechas debió de haber coadyuvado a la impresionante veneración del círculo.

El dominio elemental del entorno, gracias a los asentamientos primitivos, ha ofrecido siempre muchísima materia prima para la creación.
Es por ello que la cerámica fue una de las primeras expresiones que confeccionaran los entes aborígenes que abandonaron la vida nómada.

"Los miembros del clan se reunían cada trece lunas. En una de las ruedas de convivencia, casi todas las miradas se dirigían al engarce que Buraj Uhlai  portaba en sus dedos.
Aunque pocos entendían la forma, así como su uso y colocación.
Sólo se percibía una especie de tira circundante.
Al irse a sus viviendas, todos ideaban el cómo hacerse de un objeto similar. Y es que el concepto de introducir algún dedo en una cosa (a manera de ornamento) –o viceversa–, sencillamente no lo registraba ningún habitante de la congregación.
Hubo los que intentaron fabricar aquello que suponían podría resultar similar, como por ejemplo dos pequeñas herraduras ensambladas, pero el diseño era incompetente, al igual que el que hacían con el entretejido de tallos frescos".

"Qué extraño sueño" se dijo la bella novia, "ellos se reunían al cabo del transcurso del número de días equivalente a mi edad".
'A ni yo', la niña-mujer, observaba orgullosa el aro dedal de barro que ella misma había realizado.
No sabía que era el primero en su especie; el yacimiento arqueológico así lo determinó.

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