Ficciones y aflicciones


Ahora no, pero antes navegué por los senos de la Mujer...

En medio de la más profunda crisis, invento la alegría. No sé si a la larga esto contribuya a que pueda emerger de ese lugar (sitio, por cierto, al que hacía rato no acudía).
No es risa nerviosa, sino mueca de agrado. No, ilusión; sí, esperanza.

Parece que el tiempo aciago se va... por ahora...

Hoy creo (en toda acepción posible), para incitar a la renovación. Así hago este trozo vital.
Incito pues in sito, de forma tal que tiendo a desarrollar y rehacer el sendero.
Mi cuerpo, pienso y sé, está conformado por madera de selvas ancestrales meridionales. Gracias a ello (aunque no sé si agradecer o no), hay una coraza en mi pecho, la misma que le da al corazón una dureza (para mucho vivir y tal vez para poco amar).
Y es que... necesito fuerza, más que ductilidad; materialismo (y no, cariño); blanco y negro, en vez de color. Salir por un tiempo de ficciones y aflicciones. Eso; así haré el necesario recorrido al lado oscuro de la realidad.
Sé también, que continuré deambulando, de vez en vez, por los pasillos de la paz, los que son propiciados por tres amados luceros.

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