En las minas del amor eterno


Parecen tus claveles y mi rosa
–a punto de magníficos amantes–
los que hacen la explosión de mil diamantes
y trenzan la riqueza en verso y prosa.

Regreso de la mina pedregosa
al menos para verte unos instantes
retiro de mis manos cuatro guantes
y brindo por tu risa tan hermosa.

Las flores nuestros cuerpos han reunido
debajo del planeta milenario
radiantes conformantes de un latido.

Partícipes armamos el temario
mostrando sin reparo nuestro nido
es tiempo del amor en este horario.

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