Pretendo denunciar la hipocresía 
del viejo acompañante de mi espacio
que ayer miró tu transitar despacio
moverse hacia mi mano que ofrecía.

Mas nunca te encontraste en lejanía
(de versos inundabas mi palacio)
luciérnaga de amor cabello lacio
a quien idolatraba en demasía.

Hoy sé –cual profecía me tocaste–
mi musa –convertiste mi escritura–
y debo parecer feliz empaste.

Al fin idealicé la luz futura
tú y yo –seres que armamos un contraste–
mi niña rococó mujer madura.



Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

¿Debo disculparme?

Ojiva –planeación y resistencia

Hilos