Parte de cielo


–Vengo por mi porción de cielo –reclamó el pasado lunes un individuo peculiar.
El asunto no estriba en la petición en sí del aparentemente agraviado ciudadano sino (vale la pena aclararlo) en que la oficina donde trabajo no otorga ese tipo de, digamos, privilegios.
Nos dedicamos principalmente a reforestar lo que alguna vez fueron bosques. Ya hace varios siglos de eso: en la legendaria época del oxigeno medio, cuando toda la atmósfera estaba impregnada de la vital sustancia (cuando la arquitectura era exterior y de grandes alturas, precisamente hacia el cielo).
En la actualidad existen varias zonas arqueológicas con ese tipo de yacimientos edilicios.
Los que saben de ingeniería nos han dicho que los actuales cavernidos se originaron a partir de los búnkers de finales del siglo XX (esto en la antigua clasificación denominada juliana, previa a la que dio origen a la de los oxígenos: medio y escaso).
Actualmente vivimos en la época de las neocavernas o cavernidos, debido justamente a la presencia de los gases tóxicos que conforman el aire del exterior.
La civilización debió recluirse hacia el inframundo terrestre.
Yo trabajo en el sótano 48, casi en el último nivel. Se dice que es el mejor sitio para la recreación de los infrabosques.
Solamente una vez he subido a la superficie...
Los pedazos de cielo son una especie de destino turístico que solicitan los habitantes de cada cavernido cuando sienten que están próximos a morir.

El personaje que estaba del otro lado del mostrador o barra, me miraba paciente. Tal vez interpretaba lo que mi mente había recorrido en ese tiempo.
–Lo voy a derivar a la oficina correspondiente –le informé.
El organismo gubernamental encargado de los 'pases al cielo' se encuentra como a cinco o seis subedificios, justo después de los tugurios sobrevivientes, se dice que de épocas bíblicas.

Hoy, varios días después de que envié al neocavernario a conseguir el boleto a su última morada, he sentido una enorme necesidad de buscar el fragmento celeste que me corresponde.
Creo que mañana me daré una vuelta por los túneles del placer, a manera de despedida...
Sólo iré en calidad de observador. Estoy en una vejez avanzada. Ya cumplí los 32.
Dicen que en la era juliana alcanzábamos un poco más de cien años.
En cuanto adquiera mi porción de cielo podré respirar tranquilo.


Comentarios

  1. Los Treinta y Dos!! *¡Válgame EL Cielo!* Y . . Yo. . Con un Kilometraje de más de 65.. ¿Llegaré A Ese CieL0? Mejor me Salgo a Respirar... Bye!!! Dios quiera, y Me dé Permiso de Regresar Completa, para Pernocta Pernoctar

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