Pastorela

–versión 2018–


Dicen que Lucifer es hermoso. La verdad: no lo sé bien.
Pero algo sí puedo asegurar: tengo cara de malvado y soy tan solo un pastorcillo de contradictoria y aparente inocencia.
Me han dicho mis ancestros que debo adorar a un niño pobre que ha nacido en un pesebre y... eso haré.

Sin embargo, de repente me veo rodeado de diablitas y angelitas... Mmmmm, son más bellas y sensuales las primeras que las segundas... por mucho.

Recurro al pensamiento de mis ascendientes: "siempre vence el bien sobre el mal"; aunque algunas veces (reflexiono) no se da así.
Ejemplo claro es el caso del mayordomo en turno, ése, el que guarda el santito en su propiedad una larga temporada...
Varios son los caciques que se han disputado tan "honorable" cargo. Huelga decir que en mi casa nunca sucederá.
Otra situación que me viene a la mente es la referente a las reuniones del padrecitos de la iglesia con los padrinos o políticos del barrio. De todos es sabido que compiten por llevar el reloj más caro y lujoso, al igual que los jueces...

Pero, regresando al caso que nos ocupa, sigo apreciando el erotismo de las rojas representantes del mal.
Mmmmmm... mientras tanto, creo que llegaré a tiempo del nacimiento en donde brilla la estrella...
Luego les cuento qué sucedió.



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