Dos



Hoy soy éste y soy el otro. Entes que se entregan, así como también reciben y miran con atención. Los dos te pertenecemos y tal vez viceversa.

Levanta ella las manos para alcanzar el cielo
el par hace lo propio y así sus senos toca
la boca ensalivada puede escribir el verso
Mujer que reconoce observador inquieto.

En medio de la nada vuelve a surgir el canto
amantes que se quieren habitaciones sordas
delicia en intercambios cuando las pieles sudan
caricias virginales se dan en cada cuerpo
la cálida sonrisa complicidades mutuas.

Llegué justo junto al otro.
Mis dedos recorren tus ojeras después de cada toque de cielo.
Debí voltear cuando alcanzaste dicha dicha.
El otro podrá irse; yo, me quedo.



Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Debo disculparme?

Ojiva –planeación y resistencia

Hilos