Orugas



Al rompimiento de la oruga original, parece que sigue el replanteo del pecado (extrañamente también denominado 'original').
[Resulta curioso que las religiones hayan encajonado (como en otra oruga –en este caso: virtual–) la sexualidad y los ejercicios de intercambio carnal, esto es: el compartimiento de las desnudeces]
La metamorfosis lograda, sin duda exige la ruptura del cascarón mayor e invisible...
Y es en este contexto en el que resulta un tanto cuanto molesto la excesiva aparición (en varios espacios) de las 'bendiciones' virtuales, las que, en teoría, debieran emitirse por entes (sacerdotes) 'autorizados'...
En cambio, si se 'rompe' esa otra prisión, y se emerge a la luz, en el más puro intercambio de la sexualidad, ni qué decir de la lluvia de ataques a recibir.
Se insta al rezo y a la oración y no, al placer y la satisfacción.
Sería interesante (y atractivo) el rezar junto con un cuerpo desnudo...



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