Los románticos


Los románticos no se emocionan. Viven en la emoción. Su umbral del asombro es muy bajo, por lo que casi todo les sorprende. Sin embargo, suelen distinguir aquello que originan sus también emotivos pares. Esto no quiere decir que, por ese hecho, deban establecerse interconexiones amorosas entre sí.
Sentimientos sí se presentan, sin duda. De hecho, podría decirse que permanecen en constante estado de indefensión debido, principalmente, a una posición idealista, entre fantasiosa e ilusoria, pero con ingredientes 'reales'. Algo así como un materialismo quijotesco(*).

Su narrativa tiende a las disonancias, como en la música contemporánea atonal. Entonces, pueden generarse un sin fin de combinaciones no necesariamente melódicas, sino disparadas hacia los altibajos.
Por eso, parecieran contradictorios pero, en realidad, simple y llanamente eligen su(s) estado(s) de ánimo, aun sin importarles las opiniones de los demás.

Pareciera que habitan en el caos mas no es así. Mantienen un control exacerbado sobre muchas de sus cosas terrenales. Tanto que, incluso podría decirse que "manejan" sus sentimientos. Algo así sucede con esa sensación que se da en el vientre. Unos lo equiparan con el aleteo de mariposas; otros, con lo visceral.
Los románticos lo refieren al principio mismo de su esencia. Desde luego que generan hasta un trazo hasta cierto punto triangular en el pecho. En ese sentido, es común que se utilice la geometría en concordancia con la antropometría (o tal vez: viceversa).
Los románticos muchas veces son confundidos con todo tipo de seres míticos...
De ahí que se compruebe la existencia de duendes y hechiceros.

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(*) Quijotesco. Término utilizado y comprendido entre románticos.

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