Con tratantes


Demetrio Trueba era un exitoso empresario de la industria farmacéutica. Tenía "amarrados" varios contratos de intermediación con los principales laboratorios del ramo.

He aquí que un buen día recibió la visita de Serapio Cavazos, el nuevo representante de la firma china Albon Calatné, fabricante de más del 60 % de los productos del mercado.

–Licenciado, lo buscan –le informó Fabiolita, su atractiva secretaria.

La entrevista fue breve. Trueba prefería tratar los asuntos de negocios en costosas comidas, rodeado de bellas y solícitas meseras.

Cuando ésta ocurrió, ambos funcionarios tuvieron un buen entendimiento. Así, al calor de los cognac's, establecieron los acuerdos para prorrogar el jugoso contrato.

–Una cosa más le pido –concluyó el representante de los orientales:– su secretaria me encantó. ¿Qué, no habría modo de que usted... ya sabe, me echara una manita con ella?

–Cuente con ello –prometió Trueba.

 

Dos días antes de la firma de la prórroga contractual, Fabiola fue requerida por su jefe, el que, con mucha entereza, le dijo.

–Linda, pasado mañana es un día muy importante para esta empresa, puesto que refrendaremos negocios con nuestra principal fuente de ingresos.

–Lo sé, licenciado, nadie habla de otra cosa.

–Quiero pedirte que para la ocasión, pudieras ponerte ese conjuntito a cuadros que resalta tus formas. Probablemente el Sr. Cavazos te invite a salir y deberás aceptar...

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Nota aclaratoria: si en este punto hay algún o alguna lectora indignada, tiene toda la razón en sentirse de esa manera.

El desarrollo del relato ya es irrelevante.

Si Fabiolita no acepta las "sugerencias" del patrón, es muy probable que se quede sin empleo.

Si accede a las peticiones del pervertido representante de la firma china, sin más, se estará prostituyendo.

Y si se cree que esto es un asunto de culpabilidad exclusiva del sexo masculino, el suscrito manifiesta saber de casos similares en los que, quienes "solicitan" ciertos tipos de servicios corporales, son empresarias mujeres.

Tanto el acoso como el hostigamiento sexual existen y se dan, a veces de manera velada y otras, no tanto, en todos los ámbitos laborales y en cualquier nivel socioeconómico.

 

Escrito y publicado el 21 de marzo de 2011

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