Chinampas

 Chinampas -islas flotantes mexicas 

Acamapichtli -primer tlatoani tenochca- 

 

 

Todos querían seguir al patriarca Macatlalihue. 

Se sabía que sus antepasados tecuhtli, todavía en los pantanos aledaños a Aztlán-Chicomóztoc, eran reconocidos por las balsas-islas en las que sembraban maíz y cacao.
La invitación a los atlaca chichimecas que se encontraban dispersos por todo el valle central había llegado a oídos del noble, quien era además uno de los pocos sobrevivientes de Chapultépec y Tula, y él, al fin guía pipiltzin, la hizo extensiva a todos sus primos tizapeños del señorío culhua. 

Las crónicas refieren un enfrentamiento en el que la corte militar de Culhuacan los obligó a retirarse de Tizapán hacia la zona lacustre meridional, pero los atlaca chichimecas, que para entonces ya se hacían designar mexitin ("gente de Mexi o nuestro señor Huitzilopochtli"), se infiere que fácilmente hubieran triunfado en cualquier forma de batalla. 

De aquí que la elección del islote rodeado de lagos y pantanos, se cree que no fue solamente debido a la señal divina (del águila devorando una cascabel), sino al factor económico en los productos lacustres y a la facilidad de defensa pero, sobre todo, al aspecto ideológico, al recrear el lugar de origen y la forma en la que concebían la vida. 

Macatlalihue repartió tierras, aunque mejor sería decir: agua y pantanos, así como algunos islotes.
Sus primos aprendieron, no sólo a construir y botar trajineras y canoas, sino también el importantísimo y vital artificio de la chinampa, caracterizado por la ganancia terrestre al lago, mediante la paciente fabricación de entretejidos naturales con raíces resinosas y la minuciosa selección y el cernido de finas arcillas que se convertirían a la postre en resistentes pero porosos y cultivables estucos. 

Islas artificiales con superficie propicia para las labores agrícolas mexicas y que, gracias a las renovadas raíces de constantes cosechas y sembradíos frecuentes, endureció de forma tal que pudo recibir la construcción de enormes y pesados palacios, así como de las moles monticulares que honrarían a las más importantes deidades.

 

Callitepletzin, uno de los primos del patriarca, había llevado consigo a una bella joven culhua que era el centro de atención del señorío por su noble ascendencia. Ella se sabía proveniente de la antigua ciudad de Tula y portadora del estandarte dinástico, que llevaba más de once generaciones de transferencias, a la espera del renacimiento del poder central tolteca. 

Así que la muchacha fijó sus expectativas en uno de los hijos del guía Macatlalihue con el que contrajo segundas nupcias. 

De este enlace nació Acamapichtli, quien, con toda la nobleza ancestral, iba a ser el primer tlatoani tlacatecuhtli de los mexicas en la naciente ciudad Estado de Tenochtitlan. 

El monarca aplicó las enseñanzas recibidas por la vía oral de los antiguos consejeros de Huitzilíhuitl, quien había gobernado en Chapultépec tiempo ha, motivo por el que uno de sus hijos llevó dicho nombre y fue por cierto el segundo emperador tenochca. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Debo disculparme?

Ojiva –planeación y resistencia

Hilos