Homenaje al músico desconocido
Cuentan las antiguas voces, las que se encuentran sin rumbo, adheridas apenas a la pintura de paredes desgastadas (precisamente por el paso de los acordes melódicos), que tiempo ha, existieron personajes errantes, mismos que precedieron (mas otorgaron las bases de su esencia) a las figuras legendarias.
El género musical no importa, así como tampoco el lugar exacto.
Coros y palmadas rítmicas conducían la magia y los rituales.
Arrabales inmundos (a los ojos puritanos) acrecentaron la inspiración y la esencia de la crisis de la (aceptada) decencia. Juego de frases y palabras que siempre compitieron con las tonadas de los cantos y, paradójicamente, alimentaron ciertos contenidos en los propios textos (propicios).
Ya luego, llegaron nuevas maneras de trascender y se fueron diluyendo en cierto olvido ésas, las primeras y más auténticas muestras de virtuosismo y desinterés.
Nadie de esos pioneros saltó a la fama…
Mas, sin ellos, nadie habría podido escalar los peldaños de lo sorprendente y desconocido otorgado por lo novedoso.
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