Oración de finales de mayo de 2022
Continúa embargándome la emoción al recolectar semillas que podré utilizar en terreno fértil. Claro, aún construyo un jardín más acá de la imaginación y me siento muy contento al tratar de establecer una conexión con la tierra nuestra (tema en estos tiempos tan socorrido). Sigue rondando, como siempre, la imperiosa necesidad de ahuyentar la palabra hueca: la que nada aporta y que, por desgracia, tiende a invadir el entorno. En esta temporada de mangos, fresas y frambuesas, encuentro que es el tiempo irrestricto de la vida y de... la mujer. Soy hombre y trato de establecer conciencia (de nuevo: contacto) con la fertilidad nuestra. La procreación está en un lugar de privilegio, casi de culto. Por eso es bueno voltear el rostro de vez en vez: cuando inminentes movimientos de cambio nos rodean. Lo anterior, palabras más palabras menos, lo escribí hace más de dos años, al inicio de la reclusión domiciliaria, antes de saber a ciencia cierta que se iba a dar el tremendo cambio radical d...