Meditando en el Mediterráneo

–un soneto cada cierto tiempo–

Es tiempo me dijeron 
soltemos las amarras
en meses veraniegos
el mar nos autoriza
es claro –lo confieso–
que sí me ruboriza
el canto de las olas
arpegio de guitarras.

Escucho –se incorpora–
la voz de las cigarras
destaca a contrapelo
del cielo que graniza
mi amada y compañera
la barca en mar de Ibiza
lugares y alimento
Baleares y alcaparras.

Parece cante jondo
tablao y argumento
gitana de las manos
del pelo y la mirada
las bellas pantorrillas
demuestran su contento.

Al mar nos acercamos
cual pájaros –parvada–
tus senos nocturnales
contienen mi alimento
es tiempo y sonoriza
la paz de madrugada.

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