Agosto 15/2019
En la clase que imparto de Taller de Construcción vi(mos) las alternativas de oportunidades laborales que existen para un arquitecto con formación de “diseñador”.
Son alumnos de primer ingreso y de alguna manera van entendiendo que no hay trabajo de diseñador arquitectónico para todos.
Por eso se sugiere que deben ir abriendo su mente para otras grandes posibilidades laborales dentro del medio:
–Especialista en P. U.
–Calculista
–Constructor
–Valuado e inmobiliario
–Especialista en instalaciones
–Profesor
–Investigador
–Etc.
Entonces, para ampliar aún más lo expuesto en el taller, los llevé al Seminario de Maestría en donde los temas son híper especializados en tecnologías.
Y con un súper tino, dado que en la mesa a la que acudimos, en la ronda de preguntas y respuestas quien participó fue nada más y nada menos que Marcos Mazari. Sí: el mismísimo director de la Facultad de Arquitectura.
Expuso en su intervención que, para el arquitecto (formado básicamente como diseñador), ¿en qué le servían estos temas tan especializados? Que el fin de todo debería ser como un apoyo al proyectista.
Y allí me calenté y tuve que intervenir (yo también era parte del público).
Así que, después de que los ponentes le respondieron al director, pedí el micrófono y...
Expuse que en mis 40 años de ejercicio profesional había hecho cuando mucho cinco o seis diseños arquitectónicos y mucha pero mucha construcción y otro tanto (mucho) de trabajo como calculista e incluso que me había desempeñado como servidor público.
Aclaré que las áreas académicas son especialidades dentro de la propia Facultad y qué hay varias modalidades de titulación en las que el proyecto no es el eje.
Finalicé diciendo que tuve que intervenir porque había llevado a mis alumnos para ampliar tal posición y debía yo defenderla ante ellos.
He aquí que Marcos Mazari dijo que yo tenía razón. Que hay estadísticas que señalan que los arquitectos proyectistas son un bajo porcentaje de los egresados etc etc.
Por fortuna, el director emitió este último comentario que rectificó a lo dicho en su primera participación y, de alguna forma, les mostré a los estudiantes que uno debe intervenir ante quien sea para defender las posturas ideológicas.
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