Ruptura postmoderna
–Te devuelvo todas tus cartas –dijo ella (aunque "viéndolo" bien, tal vez lo escribió).
Él, por su parte, trató de responder en el mismo tenor. Pero no pudo, en principio, por su tesitura de barítono y, enseguida, porque muchos de los contenidos de sus escritos (los de ella) se los había aprendido. Esto es: estaban aprehendidos (o resguardados) en la más imponente de las memorias de su equipo cibernético.
Para restar el poco romanticismo que quedaba, entró en escena (o más bien: en el 'software') un poderoso virus que, sin más, en vez de borrar la información, traía cada cierto tiempo a la superficie (entiéndase: al monitor) las misivas que produjo la pluma femenina [aunque esto de 'pluma' es más bien ficticio (o metafórico)], pues los escritos fueron realizados mediante teclado alfanumérico.
Cosas de la postmodernidad…
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Ma' sé... Como diría un porteño. Así estamos. Y ni creo en que se vuelva atrás con esta maravilla de la cíber tecno y sus modismos que cada vez nos despersonalizan más. Un excelente corto ejemplar. Gracias
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