Pasaje


–¿Usted escribe libros? –preguntó la jovencita al personaje que parecía surgido de una pintura flamenca.
–Sí –respondió (y mostraba cierto asombro). A estas alturas de su vida, y después de haber publicado cerca de una docena de textos con poca difusión (y muy poca remuneración) ¿alguien se "interesaba" por su labor literaria?
–Su hija nos mostró un par de obras escritas por usted... era un material lindo.
El ala (amplia) del sombrero portante dejaba en sombra la parte superior de su rostro, por lo que nadie, o casi nadie, se percató de la humedad que afloró al interior de sus ojos.

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