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Mostrando entradas de octubre, 2018

Zapatos nuevos

El niño movió su pie de forma tal que la sandalia se vio separada de la extremidad, deslizándose por la hendidura provisional que estaba en la entrada de su casa. Inmediatamente comenzó a llorar por la pérdida. –Mi chancla –gritaba. Uno de los obreros de la construcción, al percatarse del suceso, se desplazó por debajo del improvisado andador y recogió el deseado objeto, cuyo desprendimiento había causado el llanto del infante. Al devolvérselo al menor, éste volvió a sonreír; le regresó el color al rostro y siguió jugando en el patio. El pequeño estaba maravillado: ante sus ojos, el terreno que estaba del otro lado del pasillo, lleno de albañiles, topógrafos y traxcavos, sufría enormes y rápidas transformaciones percibidas por su ilusionada e ingenua mirada. El huracán, por otro lado, había causado unos terribles estragos, sólo conocidos por los responsables de la obra en proceso. Los proyectistas de las oficinas centrales, a 400 Km. de distancia, demoraron tres días

Poética inferior

De la pelvis y hasta la punta de cada falange, los tejidos musculares se acomodan en torno, tanto a tarsianos como a metatarsianos; siendo los de más arriba, aquellos que envuelven tibia, peroné y sobre todo fémur, los más vistos y tentados. Aunque su majestad, el cóccix, desde el recubrimiento de los iliacos hasta llegar al perineo, se lleva las palmas (junto con la lengua) en todos los sentidos. ⓘ™

Manos sudorosas

No podía ocultar su nerviosismo, el sudor abundante en sus manos lo evidenciaba, así como la presencia de un cierto temblorcillo en las piernas; y es que ella arribaría en cualquier instante. Varios minutos antes de dirigirse al hotel, estuvo eligiendo la ropa que portaría. Y todo con el fin de causarle buena impresión; su formación de arquitecto le había proporcionado un guardarropa fino, elegante y atractivo. Era apenas la segunda vez que se verían frente a frente y, de entrada, no quería que continuaran las malinterpretaciones. Con su esposa no tenía obstáculo alguno, ya que sabía, por boca de él, que acudiría a una cita “de carácter laboral”, por lo que estuvo observándolo durante todo el tiempo que demoró en vestirse e incluso, como buena y sumisa compañera, le sugirió una combinación de colores entre saco y camisa para que cumpliera "a cabalidad" con el "ineludible" compromiso de trabajo. Su mujer, de alguna forma y como suele suceder en estos casos,
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Los amarres entre las varillas se realizan con alambre. Su función NO ES ESTRUCTURAL. Sirven para mantener los armados en posición antes y durante el colado. Si los estribos, sobre todo, no cumplen las características geométricas (esto es: que confinen o envuelvan perfectamente a las varillas longitudinales), por mucho que el alambre trate de subsanar errores, no lo logrará. Muchos de los defectos  vistos en columnas derrumbadas son causados precisamente debido a esto que he comentado. Otro uso es el amarrar los traslapes de las varillas. Aquí sucede lo mismo: si éstas no están unidas, los amarres solamente las van a mantener intactas en la posición que estén. He visto en obras que "expertos" oficiales de albañilería tratan de unir estribos incompletos con alambre. Y esto es un terrible error bastante recurrente. -  - - - - - - - Cuando los estribos no confinan (sobre todo en armados con varillas muy gruesas -de 3/4" ó de mayor diámetro–) debe de &qu

A mis alumnos

No puedo responsabilizarme de sus deficiencias anteriores. Si no aprendieron la tabla del siete, deben de repasarla como lo estimen conveniente. De ser necesario, hagan veinte planas. Si no saben álgebra, igual deben de buscar la manera de ponerse al corriente en cuanto a la resolución y despeje de ecuaciones. YO NO SÉ ENSEÑAR ÁLGEBRA NI ARITMÉTICA, MENOS AUN GEOMETRÍA ANALÍTICA. Mi compromiso didáctico es con la Arquitectura, la Estática y la Mecánica de Materiales. Construyamos pues los paradigmas o modelos físicos, interpretémoslos con los recursos disponibles e intentemos resolverlos. IGT  julio/2018

Modelos

Agosto 16/2018 He aprendido a no posicionarme en paradigmas absolutos. Veo que prácticamente todo puede entrar en el campo de la construcción de modelos; de ahí que se generen perspectivas diversas desde donde las apreciaciones aun son relativas. ⓘ ™

Ave necia 2

Amar en este otoño tu cintura la misma que proviene del ropaje orugas son tus piernas de coraje sí –bellas– de mujer –ave madura–. Carísima es –lo sé– la luz futura ajena de este mundo y su pillaje por eso al recorrer tu maquillaje asiento con mis labios tu pintura. Recuerdo mis andares veraniegos a veces con la luz de los cocuyos la acrópolis –instantes palaciegos–. Al necio (que soy yo a los ojos tuyos: clasistas –como los antiguos griegos–): peligran con tu boca mis orgullos. ⓘ ™

Ave necia

Amante –para ti: desconocido– mi cuerpo se encariña a la distancia la misma que requiere concordancia al tiempo pero más a un nuevo nido. Renazco y solicito tu latido exactamente al pie de tu elegancia las veces que cruzamos la fragancia evocan claridad y un grito henchido. Debemos aprenderle al mar violento uniones de apariencia clandestina ¿temores de volar en este viento? Agrestes necedades –me fascina– tan fuertes como el buen conocimiento osadas de color aguamarina. ⓘ ™ - - - - - - - Ave necia 2 Amar en este otoño tu cintura la misma que proviene del ropaje orugas son tus piernas de coraje sí –bellas– de mujer –ave madura–. Carísima es –lo sé– la luz futura ajena de este mundo y su pillaje por eso al recorrer tu maquillaje asiento con mis labios tu pintura. Recuerdo mis andares veraniegos a veces con la luz de los cocuyos la acrópolis –instantes palaciegos–. Al necio (que soy yo a los ojos tuyos: cl

Sentido

Soy como el viernes de la historia en gajos que ilustra los ayeres de mi sombra y siento las pisadas en la alfombra igual a una paloma en vuelos bajos. Metal de seis campanas y badajos luciérnaga en sonido que me nombra la piel de las almendras que se asombra mujer de mil colores y trabajos. Resuenan laberintos nocturnales reflejos de mis egos (mi locura) los ajos del vampiro –terrenales– recuerdan la distancia a mi cordura sesiones y querencias ancestrales afloran esta lágrima inmadura. ⓘ ™

Cae la hoja

El último soporte que fijaba el tallito a la rama, fue desprendido por una ligera brisa matutina. La hoja tiende a caer y, al desplazarse, describe en principio una especie de círculo a manera de juego de atracción. Pareciera que retornara al mismo punto en que, una vez liberada, comenzara la curva ascendente; pero no, en realidad regresó un poco más adelante, y en ese lugar fue en donde reinició el descenso caprichoso mediante un vaivén rítmico, propiciado por el viento conjuntamente con la atrayente fuerza de gravedad. Hubo un momento en el que se formó una especie de hélice u oblea motorizada que giraba largamente sobre su propio eje. El lapso de dichas piruetas demoró un poco más de lo que se lleva el esbozar un suspiro. El área de destino ya estaba repleta de especímenes similares, otrora pertenecientes a los robustos representantes de la flora milenaria. ⓘ ™

Reflexión

El estudiante de arquitectura ha perdido el hábito del estudio (quien sabe si alguna vez lo tuvo). El tiempo (hora-pizarrón) de las clases presenciales de las materias teóricas es el único (tiempo) que le dedican a dichas materias. No sé si se han convertido en “dibujantes”, “maqueteros” o “qué sé yo”, pero es un hecho que los libros o cuadernos de notas solamente son abiertos en el tiempo “real” de clase (hora-pizarrón). 18/10/18

Aguacero

Había un golpeteo rítmico en la arcilla. Por más que pretendía horadar el barro, éste ofreció su ancestral y eterna resistencia. El agua, pues, rebotó al saber perdida esa batalla y se dispuso a buscar otro ser para erosionar. El rito de la tierra se integró con el del cielo. En esa ocasión, las nubes no gritaron; cedieron el ámbito sonoro a su creación predilecta: el agua. Sabia fue la elección que permitía gozos auditivos y visuales extremos. La vegetación generó un discurso verde y húmedo en una redundancia aparente: fundió el azul celeste con el cromo dorado de la tierra y entonces, se obtuvo la marcada tonalidad de la frescura; por lo que respecta a la presencia líquida, fue el rocío el que "habló" quedito, encima de esta hoja... y de aquélla. El idioma bucólico había generado esa rara armonía que se escucha como clavecín hueco en una bóveda o cámara de paredes pétreas. Gotas y chorros incansables formaron charcos-espejos temblorosos, en los que el baile