Ignacio González Tejeda

  –El cuerpo es un reloj, pues manifiesta rutinas o ritos cíclicos. Como despertarse a la misma hora. –El cuerpo refleja el tiempo, ya que en él se aprecia cómo transcurre la vida. –El cuerpo es sinónimo del tempo musical, al saber establecer ritmos precisos. *Créditos de la imagen a quien corresponda

Formo parte de los art-eros, los que, al crearte y recrearte, hacen el arte y el... eros. ⓘ ™ Publicado 20120910

¿Para qué despedir la elocuencia incipiente? ¿Acaso se requieren prevenciones? ¿Acaso, palabras sin eco como las que enuncian las aves madrugadas? La próxima reunión de los sentidos será dentro del viento y del silencio después de elaborar complicidades. Pequeños cernícalos rupturistas de pico en pico buscan alimento en la inocencia del principio de la vida. Figuran las torres de la eterna arrogancia en medio de la nada y del suspiro. Emanan emociones pasajeras eléctricas miradas del olvido recuerdos escondidos evasivos. Evidencias internas que generan las presencias sin rumbo sin auténticos sentidos referidos. Vida: sabes muy bien nuestras verdades desde aquel inicio del tiempo de frambuesas desde aquellos gritos desgarrados palabras ausentes sin ecos ni retóricos diluvios sin aves recién nacidas de huevecillos hambrientos de caricias. Camino por la acera fragmentada abundan los cernícalos sin alas de nuevo previos al vuelo y a las vueltas nulas. Prefiero desplazarme por la historia.

No es volar lo que requiero sino el viento y tu suspiro para impregnar el papiro con imágenes de acero. Hoy soy un titiritero sin hilos y sin muñecos también sin alambres chuecos que atraviesen el espacio. Llegaré hasta tu palacio descubriendo recovecos. ⓘ ™

Voy a llevar un diario casi como el que llevó el Che Guevara en Bolivia. Hoy (25 de agosto de 2019) terminé oficialmente la semana 3 del posgrado (representa aproximadamente el 5% del total). He terminado todas las tareas y voy al corriente. Continúo con un orden inusitado en mis apuntes, mismo que jamás observé ni en licenciatura ni mucho menos en prepa, Etc., Etc. Al tiempo, como tengo prácticamente "armadas" las clases que imparto, voy en tiempo y forma con mis programas académicos. En tareas extraordinarias (ponencias y demases) también voy en tiempo y forma.

El Capricho Español de Rimski Korsakov lo escuché en el Alcázar del Castillo de Chapultepec, interpretado con la Sinfónica Nacional por el año 74 ó 75. La segunda obra del programa no la recuerdo, pudo haber sido un concierto para violín; pero la última sí sé cuál fue: la 2ª Sinfonía de Brahms. A partir de esas fechas me hice asistente asiduo a las presentaciones de la OFUNAM (Orquesta Filarmónica de la UNAM), primero en el Auditorio Justo Sierra de CU (los jueves) y en el Teatro Hidalgo (atrás de Bellas Artes, los domingos). Fue cuando se inauguró la maravillosa Sala Nezahualcoyotl (a fines de 1976), a la cual asistí con bastante regularidad.  Acudí a unas cuatro o cinco temporadas. A partir de la mitad de la 2ª me hice novio de una de las taquilleras del recinto por lo que, las siguientes temporadas las disfruté gratis. Allí desarrollé mi oído orquestal. El concierto de los jueves a las 20:30  🕣  formaba parte de mi horario estudiantil.

El 4 de diciembre de 2019 participé como expositor en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, presentando mi libro  Sismos. Información práctica, publicado por el IPN. Sin duda uno de los días más felices de mi vida por la importancia que este evento representa para todo escritor. He participado en unas quince antologías (de carácter colectivo). Mas, técnicamente, es mi séptimo libro unitario publicado.

En mis andares por los laberintos de la vida he de contar que, por allá por los fines de los setenta y principios de los ochenta, participé en un  happening  o arte efímero (instalación creada en el momento). La convocante fue la argentina Marta Menujin. El sitio: el MUCA Museo Universitario de Ciencias y Arte. Recuerdo que recibí un naranjazo de Raquel Tibol, crítica feroz de su tiempo.

  Hubo una época de mi vida en la que departía con ciudadanos norteamericanos con el objeto de conseguir o celebrar, según el caso, contratos de cierto tipo de construcciones en mi país. Fueron experiencias interesantes pues me divertía al mismo tiempo que trabajaba. La empresa en donde laboraba me pagaba todos estos gastos aparte de mi sueldo habitual. En una ocasión los invité al Bar “Jorongo” del Hotel María Isabel Sheraton a escuchar mariachis en vivo; pero éste fue sólo el principio de la noche pues, cuando se terminó el espectáculo en dicho recinto, optamos por continuar la juerga en uno de los lugares más pintorescos de la ciudad de México: la plaza Garibaldi. Acudimos nuestro grupo así como otros dos que invitamos; es decir: de otro número igual de mesas que deseaban continuar el jolgorio. Ya en el sitio, aparte de las improvisadas cantinas al aire libre que ahí se establecían, se nos ofrecieron tres mariachis para amenizar el momento. Optamos pues por contratarlos, para lo cua

A mí no me cuentan lo que es la vida de contratista. En aquellos tiempos, tenía cava personal privada en tres bares. A ellos iba con amigos y clientes. Corría bastante alcohol (fino) en mis mesas. Muchas ocasiones, también fui solo. Alguna que otra vez, con algún(a) amigo(a), de esos sitios cuasi religiosos, le dábamos pa ‘l aeropuerto y tomábamos el primer vuelo nacional o internacional pa’ seguir la juerga. Houston, Monterrey y Acapulco, entre otros, fueron destinos recurrentes. Los contratos daban para eso y para más. Una vez, en Garibaldi, contraté tres mariachis… una pequeña orquesta sinfónica… … y así.

  Continúa embargándome la emoción al recolectar semillas que podré utilizar en terreno fértil. Claro, aún construyo un jardín más acá de la imaginación y me siento muy contento al tratar de establecer una conexión con la tierra nuestra (tema en estos tiempos tan socorrido). Sigue rondando, como siempre, la imperiosa necesidad de ahuyentar la palabra hueca: la que nada aporta y que, por desgracia, tiende a invadir el entorno. En esta temporada de mangos, fresas y frambuesas, encuentro que es el tiempo irrestricto de la vida y de... la mujer. Soy hombre y trato de establecer conciencia (de nuevo: contacto) con la fertilidad nuestra. La procreación está en un lugar de privilegio, casi de culto. Por eso es bueno voltear el rostro de vez en vez: cuando inminentes movimientos de cambio nos rodean. Lo anterior, palabras más palabras menos, lo escribí hace más de dos años, al inicio de la reclusión domiciliaria, antes de saber a ciencia cierta que se iba a dar el tremendo cambio radical de es

No todos los cielos saben pero éste sí sí que sí aparte del parecido al sabor del mar la caída a chorros de la nube los riachuelos en la zanja a lodos música de constante nota instrumento en claroscuros arpegiados tonos malabares aires. No todos los cielos grises se disfrutan los rayos olímpicos dirigidos por los dioses alumbran la tarde noche de mi vida. Pocas lluvias llegan a mi alma ésta sí que sí que sí la gota va en deslíz y humedece mi faz la que respira aquí en el instante del amor. A su lado el azulado hoy aluzado aparenta tormenta aparente apareces que pareces pares que aparecen letanía lejanía que se disipa cuando escampa suelo mojado. ⓘ ™ publicado el 31 de mayo de 2011

Paso por la actual recepción de besos y llego al lugar justo del abrazo. Nadie me espera y  Nadie espera con singular paciencia. Quisiera cultivar las lenguas muertas mas de repente Nadie me lo impide. Atravieso él área secretarial –siempre hay una– y aquí –de nuevo– Nadie se presenta. En medio de la aparente desolación  y como Nadie me lo recomienda decido pues reconstruir los hechos. Al final  a Nadie abrazo-distante y reparo en medio del tiempo éste que debo seguir la ruta del alma: lo que pretendió ser decepción –pienso– logró transformarse en esperanza. ⓘ ™ Abril/29/2020

  Entonces, volveré a definiciones adentro de mi espacio fugitivo erótica fortuna es el cultivo legado del placer y las razones. Vivencias que no admiten restricciones a todos nos conviene el adjetivo palabras en camino constructivo facturan palpitando corazones. Unión tan necesaria en el re brote azúcares y mieles escarchadas las piernas decantadas y el escote elevan mis pasiones desbordadas ideas presurosas van al trote con trazos de las lunas encantadas. ⓘ ™

  Camino cual pionero de aventura en valles de fecunda inteligencia admito que me inclino por la ciencia origen descendente en tu figura. Deberes ancestrales de cultura basados en constructo de mi herencia tan bienes, cual tu insólita presencia influye como harina en levadura. Azules brillarán nuestros encuentros mandato de mi actual caleidoscopio el tino de los vidrios en los centros  adrede, cual tu cuerpo –que me apropio– lo mismo es lo que siento en mis adentros. ⓘ ™

Encuentro en tus encuentros clandestinos respuesta a la respuesta negativa pretendo en pretensión reiterativa llegar a conjugar nuestros destinos. Renace en estos versos matutinos la esencia de mi eterna narrativa que el tiempo en la lectura primitiva describe en las iglesias y en los vinos. Ojivas y arquivoltas medievales encuadran la ilusión de la vendimia igual que los oficios ancestrales. Fermentos de placeres y bulimia rescatan, entre fuertes vendavales, el cambio de la ciencia por la alquimia. ⓘ ™

A veces conviene conviene a veces hacer un alto en el camino bajo. Bajar en verdad de la altura incierta y posar el rostro en una mano amable. A gotas voy sintiendo que me agoto... Carga mi cuerpo el peso de la historia. Preciso entonces recortar el alma hacer secciones cual puntas de cupido. A veces quisiera quisiera a veces salir del ciclo y botar las hojas. A gotas de sangre se cuecen sentimientos... Regreso presuroso a la costumbre. ⓘ ™

Parece que, entre paréntesis, en el apartado paraje de Parres, un pasajero pajarero dijo padecer pereza permanente y permisiva de parte de su pareja depresiva, con un aparente y patético parecido a sus parientes principales. Era pionero en pirotecnia y cargaba las primeras piezas de pintura con una prisa inusual. Por si fuera poco, para poder sobrevivir, posaba en las posadas. Pudo más el público pudiente, que pudrió hasta la madera de los pupitres de los expectantes. No hay muchas pruebas de lo aquí expuesto, pero con prudencia, podría apuntalarse una teoría posmoderna. Punto. ⓘ ™

A veces es necesario regresar a abril. Abrazar con fuerza y cariño a la querencia. Abrevar en el riachuelo, en compañía de animales domésticos y de granja. Abrillantar las miradas para corregir desvíos y reformular ilusiones. Abrigarse con y entre los propios para, así, abrogar las leyes tácitas de los usos y costumbres del terruño, pues aún construyen desigualdades. Y también, aunque parezca contradictorio, no abrumarse con las modernidades incomprendidas. El camino hacia los amaneceres es largo y bello. ⓘ ™

Debo sonreírle a las adversidades cotidianas para tratar de afrontarlas con la mejor de mis actitudes. A pesar de la inminente desaparición de muchas especies vivientes (incluyendo la correspondiente a las buenas costumbres humanas), les comparto la maravillosa experiencia de la continuidad en cuanto a lo tolerante y lo apacible (confieso la enorme dificultad para lograrlo). Iniciaré la cotidianidad con agrado y energía. Agradezco tanto a la vida como a quienes también dieron su vida misma, de una u otra forma, para construir la felicidad de los míos y la mía propia para, así, permitirme participar de este gran banquete de un nuevo y brillante amanecer. Deseo para todos el bien decir, el bien hacer y la adquisición de sentimientos sacros por encima de las maledicencias. La vida, ya lo he dicho en diversas ocasiones, es muy corta como para no dar. ⓘ ™

 “Menos es más”, la consabida frase concebida por Mies Van der Rohe, respondió a una fase de la historia, en un sociedad  previa al conocimiento global de la mayoría de las naciones. ¿Cuál sería la instrucción guía de la arquitectura del siglo XXI, inmersa en contextos heterogéneos e incluso contradictorios entre sí? ¿Aceptaríamos la suma de conceptos e incluso de formas, aun a sabiendas de pertenecer a estilos barrocos o sobrecargados? Construyamos, no la frase de moda, sino el apoyo para determinar el camino a elegir. Vivimos en torno a instrumentos mediáticos que nos hacen ser centro y contexto en simultaneidad. ¿Cómo saber, entonces, qué buscar y, sobre todo, dónde? La respuesta solamente podrá provenir de un proceso metodológico que tienda a ordenar nuestras ideas, las mismas que, se presume, estarán soportadas y por ende formadas por el cúmulo de información adquirida y digerida.                                                                           Ignacio González Tejeda

  Después de tanto Vas y vienes, como el columpio rojo el mismo al que trepaba en mis infancias igual al que empujé en nuevas andanzas con mis hijos pequeños y mi arrojo. Después de pertenencias y despojo en épocas de pérdida y ganancias (y de haber aspirado otras fragancias) volvemos al sendero (flor deshojo). "Me quieres-no me quieres" era el tema de amantes incipientes e inseguros buscando por el mundo un nuevo esquema. Rondamos por afuera nuestros muros humildes y esperando amor que quema seguimos-continuamos (más maduros). ⓘ ™